Extrusión:
El arte de darle vida al aluminio
Es en este punto en el cual la magia del aluminio cobra vida, pues gracias a la alta presión y elevadas temperaturas, se puede obtener el perfil que se desea.
Así llevamos el proceso de extrusión en Valsa:
Primero se precalienta el lingote dentro de la máquina para que quede plastificado (no fundido ni derretido) a una temperatura de 760 °F a 860 °F para un perfil hueco y para un perfil sólido a una temperatura de 760 °F a 830 °F.
Después, por medio de una presión ejercida, pasa a través de una matriz o dado, cuya sección corresponde a la geometría del perfil que se desea obtener, ya en la boca de la prensa el perfil no debe de salir a menos de 500 ºF ni mayor a 550 ºF.
Los perfiles se someten al temple (envejecimiento artificial), introduciéndolos en un horno a una temperatura de 375°F de 8 a 10 horas, para conseguir la dureza necesaria dependiendo el grosor y la aleación.
En este proceso, el mínimo de nuestro Diámetro Círculo Circunscrito (D.C.C.) es de 6 milímetros y nuestro máximo es de 300 milímetros en los perfiles.